Skopje es la capital de la República de Macedonia y es una gran desconocida a nivel turístico. En ella viven algo más de 500.000 habitantes y se divide en dos por el río Vardar. La llaman la ciudad de las mil estatuas y es que hay casi más estatuas que habitantes. Esto se debe al proyecto de Skopje 2014 dónde el gobierno quería mejorar la imagen de la ciudad. En la ciudad se encuentran estatuas muy representativas de otras ciudades del mundo.
La moneda oficial en Macedonia es el Denar Macedonio dónde 1€ són 61,62 MKD.
El país es bastante barato tanto los transportes como comer y dormir. Nos alojamos en el Skopje Hostel con Airbnb. El precio de la noche fue de 12€.
La verdad es que no sabía qué me iba a encontrar en esta ciudad ya que no hay demasiada información y la verdad es que me pareció caótica pero muy interesante.
Llegamos a Skopje a las 00:20h, al llegar tan tarde reservamos el billete de autobús al centro con la misma compañía de Wizz Air. El precio fue de 3€.
El autobús nos dejó cerca de la puerta de Macedonia que es dónde se encontraba nuestro hostel. Al ser tarde cenamos un trozo de pizza de un puesto en la calle y nos instalamos en la habitación donde por suerte estábamos solos.
Que ver en Skopje
Skopje no es muy turística aunque gracias a los vuelos baratos que hay con compañías low cost hace que cada vez haya más turistas que se decidan a visitarla.
Nuestra primera parada fue la Casa Memorial de la Madre Teresa de Calcuta ya que Skopje fue su ciudad natal. Esta se encuentra en una de las calles más transitadas de la ciudad. En el interior se pueden observar objetos personales como cartas, premios y reliquias. La entrada es gratuita.
Al final de esta calle se encuentra el Museo de la ciudadque era la antigua estación de trenes. En la parte izquierda del edificio se puede observar que esta medio derribado, esto sucedió por un terremoto en el año 1963 que causó muchos destrozos y miles de víctimas. Se puede apreciar también que en la fachada hay un gran reloj el cual marca siempre las 05:17 que fue cuando se produjo el terremoto.
De aquí volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar a la Puerta de Macedonia y el Monumento a los Héroes Caídos. El arco está dedicado a los 20 años de independencia de Macedonia. En él hay representadas escenas de la historia del país.
Al cruzarlo llegamos a la Macedonia Square o Plaza de Macedonia. En el centro de la plaza se encuentra una fuente con la estatua de Alejandro Magno montado en un caballo. En la parte baja de esta fuente se encuentran unos leones. Es la plaza más grande del país y se encuentra al lado del Río Vardar.
En el Río Vardar nos encontramos con un barco que actualmente es un restaurante. Detrás de este se encuentran diferentes edificios gubernamentales y museos que destacan del resto por su arquitectura.
Cruzamos el río Vardar por el Puente del Arte, un puente peatonal. En este se encuentran muchas estatuas de músicos y artistas de Macedonia. Justo enfrente está el Museo de Arqueología.
Pasamos por delante del monumento de Santo Citilio y Metodio y llegamos al Old Bazaar de la ciudad. Es el bazar más grande de los Balcanes fuera de Estambul. Una de las características de este bazar es que se sitúa al aire libre. En él se encuentran cafeterías, restaurantes, joyerías, modistas… Se respira un ambiente muy distinto en el bazar respecto a la ciudad y la mayoría de gente que encontramos era de procedencia turca.
Fue una de las partes que más nos gustaron de la ciudad.
Continuando hasta el final del bazar nos encontramos con un mercado de frutas, verduras y también de electrónica, ropa, relojes y todo lo que puedas imaginar. La verdad es que nos pasamos un buen rato paseando y mirando la cantidad de artículos que había.
En el Old Bazaar decidimos comer algo y la verdad es que el restaurante Kaj Serdarot fue todo un acierto tanto por el precio como por la calidad de la comida local. Comimos por 4€ cada uno.
Al terminar pusimos rumbo a la Fortaleza de la ciudad. Al llegar vimos que en el interior no había nada, sólo unas pocas ruinas. Aún así, merece la pena acercarse y poder ver la ciudad desde este mirador ya que es el punto más elevado de la ciudad.
Al ser invierno estábamos congelados y decidimos dar una vuelta por el centro de la ciudad. Oscureció pronto así que pudimos contemplar los edificios iluminados. La verdad es que la ciudad de noche iluminada gana mucho.
Al día siguiente pusimos rumbo al Cañón Matka.
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